La mejor patata frita del mundo tiene sabor mediterráneo, origen cordobés y sal rosa del Himalaya. Destacan por ser crujientes, sabrosas y naturales. ¡No dejan ningún paladar por conquistar!
Si unes el sabor del mediterráneo, desde el centro de la serranía cordobesa y los mejores ingredientes culinarios internacionales, solo puede dar como resultado una explosión de sabores exclusivos. ¿Todavía no hemos despertado tu gusanillo por estas patatas gourmet? Es hora de dejaros sin palabras y que se os haga la boca agua.
El movimiento Slow Food.
A fuego lento, con mucho amor y paciencia, como nos enseñó nuestra abuela. Si ya os lo hemos dicho muchas veces, hay que ponerle un poquito de pausa a la vida, sentarse y disfrutar de ella, y si es con un snack sano y sabroso que nos haga cerrar los ojos del gusto mucho mejor.
El movimiento Slow Food, es el gran valor añadido de la San Nicasio, la mejor patata frita del mundo. Como su propio nombre indica, consiste en disfrutar de nuestra gastronomía, disfrutar de la comida con los cinco sentidos y apostar por ingredientes naturales y de calidad.
El movimiento basa la calidad de los alimentos en tres principios: bueno, limpio y justo. Es decir, promueve el consumo de:
- Alimentos ecológicos y de temporada.
- Alimentos respetuosos con el medio ambiente, con la salud y los animales.
- Alimentos a un precio asequible y que además valoren mediante una retribución justa el trabajo de los productores.
El movimiento Slow Food nos recuerda que por muchas prisas que tengamos, hay que defender el comer bien tanto por nuestra salud como por la del planeta.
San Nicasio, la mejor patata frita del mundo.
La mejor patata frita solo puede explicarse por la unión minuciosa y sabrosa de una serie de factores: la patata, la sal rosa del Himalaya, el aceite de oliva virgen extra, el envase, y el chef. Las patatas San Nicasio con 11 medallas de oro consecutivas como la mejor patata frita del mundo no son ninguna coincidencia.
- La patata. Patatas Fritas San Nicasio está elaborada exclusivamente por patatas españolas, no transgénicas, de la variedad agria. Su textura crujiente al freirlas a fuego lento la convierten en una delicatessen.
- El aceite de oliva virgen extra, AOVE. De la serranía de córdoba a la fritura exquisita. Alazaras de la Subbética es un aceite reconocido internacionalmente por su calidad, respeto con el medio ambiente y por sus premios, al ser reconocido durante 4 años consecutivos como el Mejor Aceite del Mundo.
- La sal rosa del Himalaya. Hace que nos transportemos a un sabor milenario, añadiendo un toque de calidad y nutricional irrepetible.
- El envase. Para que no se escape ni un ápice de calidad, las patatas son envasadas con un sellado ultra-resistente para conservar su aroma, sabor y textura.
- José Andrés, el chef. Uno de los mejores chef españoles del mundo. Sin él, no sería posible darle vida a las patatas.
¡Nunca una patata frita nos supuso tanto placer!
